Espanol: Diane Virginia: Zapatos para Bailar: Dancing Shoes
Yo me he convertido en una coleccionista de corazones, pero yo no coleccionó cualquier tipo de corazón. Ellos son regalos de mi hija, Danielle. Cada uno es como una cápsula del tiempo, capturando un recuerdo de su infancia.
Uno es un corazón de papel de aluminio de dos colores. Y otro es una roca en forma de corazón que ella encontró en el jardín. Ella vino brincando hacia mí, chillando con delicia, cargando su piedra pequeña. Lo lavamos usando la manguera y ella lo acunó, Luego, ella me besó en la mejilla, me dijo que su pequeño tesoro me pertenecía, y corrió a jugar. Periódicamente ella chequeaba para asegurarse que yo estaba acunando el corazón a su satisfacción. Un corazón está hecho de alambre retorcido, diseñado como un pendiente para que yo lo use. Otro está hecho de arcilla. Porque ella lo hizo cuando era de más edad, es detallado, y más fino, con las letras “I” y “U” bordeando este corazón. Yo observo estos corazones con frecuencia, recordándome que mi hija va estar en mi corazón por siempre tal como yo estoy en el de ella.
¿Que tienen que ver los corazones de Danielle con los zapatos para bailar? Permíteme contarles una historia que te va dar la respuesta. Entremos al mundo de ensueño y verdades simples…
Imagínese que es una niña pequeña, de cuatro años y medio. Sí, “y medio” es importante cuando tiene esa edad. En este tiempo, usted esta aprendiendo a amar a Jesús. Le gusta correr, saltar en los sofás, y jugar un tipo de bochas con Papi en cual tú y tu hermano son los boliches y una gran bola de playa es la bola para jugar las bochas. Sí, tú eres una niña activa. Tu cabello es dorado con trazos de rojo y tus mechones llegan hasta tus hombros.
Tú estás tomando clases de baile. Tú aprendes a hacer piruetas, apuntar los dedos del pie, saltar, y dar vueltas rápidamente. La profesora que te enseña ama a Jesús.
Entonces esto sucede…
Tú estás en la iglesia con Papi, Mami, y tu hermano menor. Un silencio santo descendió sobre la congregación ese domingo. Hay una alegre agitación, cuando comienza la adoración espontánea.
Tú comenzaste a escuchar…
Un señor comienza a cantar en el balcón. Una dama en el coro le acompaña. Otra mujer en la nave comienza a cantar. La congregación se une. ¡Luego, la adoración se vuelva desbordante! Tú jalas la basta del vestido de tu Mama.
“¿Mami, puedo bailar?”
“¿Qué dices, cariño?”
“Jesús está aqui. ¿Puedo bailar?
“Sí puedes.”
En razón que se te concedió permiso, tú corres danzando en el pasillo de la iglesia, girando en adoración gozosa. Tu baile es la imagen perfecta de lo que Jesús dice sobre la confianza que tiene un niño que es inocente;
“’Dejen que los niños vengan a mí’ —les dijo—, ‘porque de quienes son como ellos es el reino de los cielos. ¡No se lo impidan!’” (Mark 10:14b NBV).
Dejen que los niños vengan a mí —les dijo—, porque de quienes son como ellos es el reino de los cielos. ¡No se lo impidan!
~Mark 10:14b NBV
Para la delicia de tus padres, tú alabas en completa entrega a Dios como sólo un niño puede hacerlo. Tú eres despreocupada, sincera, confiada, e inocente. El gozo que tú muestras viene del interior de tu corazón. Tú diste una razón a papi y mami de estar orgullosos y alegres todo el día.
El día siguiente tu señalaste el pendiente que yo usaba por toda tu vida, que era un corazón con una cruz y dijiste, “Mami, desearía tener puesto un pendiente como el tuyo.”
“Cariño,” yo digo, “cuando tu entiendas el significado de la salvación, Mami te promete, que te va a comprar un pendiente con un corazón y una cruz.”
Tú hiciste un gesto de tristeza.
“Trata de entender…mira, preciosa tu tienes cuatro años.”
“Y medio.”
“Tu cumpleaños viene pronto. Lo vamos a celebrar.”
“Yo quiero ponerme un corazón. Con una cruz.” Tú cruzas tus brazos y oscilas una pierna.
“Cuando tu entiendas…”
“Pero, Mami, yo sí entiendo.”
“Entonces explica a Mami lo que crees sobre Jesús.”
“Mi Jesús murió en la cruz, y Él esta vivo.”
“Es verdad.”
“¡Y Él me ama así…!” Tu estiras tus manos lo más ancho que puedes.
“Eso también es verdad…”
“Y cuando me pongo mis zapatos para bailar, yo Le puedo sentir aquiiiiiii…”
Tú señalas a tu corazón y te das una vuelta.
“Yo te voy a comprar un corazón con una cruz,” te dije, “porque veo que sí entiendes.”
A veces el corazón interno se pone zapatos para bailar. Y a veces el que cree es una niña pequeña, de cuatro años y medio, que sabe sin duda que Juan 3:16 es real.
~Diane Virginia, autora de The Kiss of Peace: A Contemporary Exploration into Song of Solomon
Me gustaría decir que yo compre ese primer pendiente de corazón con una cruz para mi hija, pero no lo hice. Esto paso, la profesora de baile de Danielle se acercó el próximo domingo y me dijo que mi hija de cuatro años y medio estaba tan inmersa en la alabanza. Su profesora no estaba impresionada por la perfección de los movimientos de mi hija, pero por el Espíritu en el cual ella bailaba. Ella pidió permiso para darle un regalo a mi hija. Yo accedí. Ella entregó una caja pequeña a Danielle.
En la cajita había un pendiente–una cruz con un corazón brillante.
¡Danielle salto de gozo! Pero yo llore porque sabía que el Señor mismo me había confirmado que ella realmente entendía lo que significaba ser salvado.
De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
~Juan 3:16 (RV)
La Biblia dice, “porque con el corazón se cree” (Romanos 10:10a RV). Y puedo agregar esto, que a veces el corazón interno se pone zapatos para bailar. Y a veces el que cree es una niña pequeña, de cuatro años y medio, que sabe sin duda que Juan 3:16 es real.
?Conoce a Jesus como su Salvador? Pidale que entre en su corazon hoy.
Padre Dios, ayudame a recibir a mi Salfador Jesus con la fe de un nino. Amen.
Zapatos para Bailar es un tributo a mi hija, Danielle. Es una historia verdadera.
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