Espanol: Diane Virginia: Desayuno para Campeones
“Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmos 37:4 (RVR1995)
Todas las mañanas preparo el desayuno para nuestros perros. Me muevo entre los perritos, dándoles bocados de un tenedor designado. De vez en cuando uno de ellos se levantará. Si digo “siéntate”, el perro escucha, pero solo si comienzo la orden mencionando su nombre. De lo contrario, suponen que estoy hablando con otro miembro del grupo. Nuestra perra que tiene más edad pisa fuerte durante todo el desayuno. Ella quiere asegurarse de que noto su presencia. La perra más joven toma cada bocado con deleite, y el macho más joven resopla entre las mordidas.
Sus desayunos son especiales para campeones.
Mientras reflexionaba sobre las travesuras matutinas de mis bebés lanudos, pensé en cómo Dios me alimenta con
Su Palabra. “Confía en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad.” Salmos 37:3 (RVR1995)
Puedo aplicar esta verdad tanto al ámbito espiritual como al natural. Las palabras de Dios son tan llenas de bondad y aliento. Por ejemplo, veintiséis veces en el Salmo 136 Él me recuerda sus buenos pensamientos hacia mí que supera los granos de arena en una playa (ver Salmo 139: 17-18).
A veces medito y pienso: ¿Estás mencionando mi nombre, Señor? Trato de creer y confiar que estas promesas son para mí, pero cuando los problemas se derraman como trozos de cereal golpeando el piso de la cocina y estoy esforzándome por recoger las migajas, me pregunto… Sé que no debería pensar de esta manera, pero la realidad es, las dudas sí entran silenciosamente.
Mientras una mañana preparaba café, decidí que era hora de tomar un desayuno adecuado para un campeón. Yo escogí este versículo y lo mastique todo el día: “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmos 37:4 (RVR1995)
Quería digerir esto lentamente, para que así las bondades de Dios pudiesen filtrarse en cada célula de mi ser. Al final del día, estaba listo para otro bocado. Seguí y seguí comiendo la Palabra como si fuese el desayuno de un campeón.
¿Y tú, amigo? ¿Estás listo para recibir las bondades del Señor que Él esta hablando de tí? Él te ama, y la mesa para banquetes que el Señor prepara para ti está llena con jugosos bocados. Traiga una silla confortable, acércate a la mesa, tome su tenedor y cene.
Tú, mi amigo, eres un campeón de Dios.
Padre Dios, ayúdame a cenar con deleite en Tu mesa de banquetes.
Copyright © 2019: Desayuno para Campeones : Autora Diane Virginia Cunio: Nombre de la escritora, Diane Virginia: Todos los derechos reservados
Troduccion del Pastor Victor Marcos
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